lunes, 1 de abril de 2024

El Libro egipcio de los Muertos

 

El “Libro de los muertos” realmente no es un libro con capítulos, sino un conjunto de himnos funerarios “para salir al día”. Primero estuvieron sólo en las tumbas y cámaras funerarias de las pirámides faraónicas, luego, en los sarcófagos de faraones, nobles y altos funcionarios; al final, en papiros o lienzos de lino, incluso en los enterramientos de ciudadanos particulares.

Los textos primeros se componían de fórmulas mágicas que describían el viaje del faraón por el inframundo, alejaban los peligros del Duat, ayudaban a superar el juicio de Osiris y aseguraban un feliz más allá con la incorporación a los dioses en el Aaru o paraíso.

Se sabía que la temible serpiente Apopi y otros peligros atacaban en el submundo, de noche, la barca solar de Ra, para que éste no pudiera renacer en la mañana. Pero Shu, dios del aire, protegía a Ra y atacaba a la dañina Apopi. Shu era el fiscal de las almas y determinaba si podían vivir en el más allá. Todo dependía de la perfección moral y espiritual.

Recordamos que una versión del “Libro de los muertos” se titula ‘Capítulos para perfeccionar el Ka’. Se trata de liberarse de deseos egoístas, de malas voluntades, de pensamientos perversos. Ra e Isis ayudan al Alma para pasar en barco durante las noches terribles.

Los auténticos faraones y hombres verdaderos son, por tanto, “hijos de Ra”, “ espíritus seguidores de Horus”. El hombre verdadero tiene una anatomía oculta, psíquica, bien estructurada, libre de deseos (representados en el demonio Apopi y los demonios de Seth).

La psicología original, la más antigua, se enseñaba a la sombra de las pirámides y estuvo ligada íntimamente a los principios religiosos: Ra, Horus, Osiris, Isis, Hermes, Anubis se pueden localizar también dentro del ser humano como fuerzas particulares y luminosas de su ‘esencia’.

El objetivo era llevar a la esencia a resucitar en Osiris y al Osiris particular a resucitar en su esencia. Así, se cumple la iniciación y el Alma traslúcida puede decir: “yo soy Horus”. Isis es la fuerza psíquica que destruye el egoísmo. Quien cumple esto tiene derecho de “llevar la Serpiente en la frente y sentarse como los otros Osiris se sientan”. Estas almas selectas pueden subirse en la sala de las dos Maat para hacer la confesión negativa (el famoso capítulo 125, Papiro de Ani).

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