domingo, 15 de febrero de 2015

LUCY, DE LUC BESSON


El francés Luc Besson empezó a descollar como director con las películas “Subway” (1984) y “Le grand bleu” (1988). Su película “La Femme Nikita” (1990), con la actriz Anne Parillaud, tuvo tal repercusión, que hubo una versión americana dirigida por John Badham (Point of No Return, 1993). Otras películas como “Léon” (1994), con Jean Réno, “Le cinquième élément” (1997), “Jeanne d’Arc” (1999), ambas con Mila Jovovic, han hecho de este director alguien que efectivamente compite por igual con directores como George Lucas y Steven Spielberg.

En “Le cinquième élément”, Luc Besson ya dejaba, entre la trepidante y bien llevada acción de la película, ciertas pistas alquímicas muy interesantes. En “Lucy” vuelve a incidir en un aspecto complementario. Quizá sea que en las venas de la gente francesa aún corre la savia de los antiguos alquimistas, de los antiguos secretos de los galos. Igual que en “Le cinquième élement” hay que hacer ciertas salvedades que no siguen en rigor las pautas herméticas, en “Lucy” se debe hacer lo mismo.

“Lucy” pone el proceso de transformación de una mujer, interpretada por una guapísima Scarlett Johansson (doblada en las escenas de acción por Laurianne Rouault), en unos pocos días, aunque para el trabajo hermético es un proceso que suele ocupar años de paciente trabajo. Luc Besson supone que esa transformación es posible con el uso de una droga muy fuerte, pero es un apoyo ficticio para hablarle a un público moderno. El verdadero artífice alquimista sabe qué sustancias deben ser usadas y en qué proporción.

Tiene este film la virtud de una plástica, de un lenguaje visual excelente, directo, y de cierto talante didáctico, que se expresa en el personaje del profesor Samuel Norman, interpretado por Morgan Freeman, el cual ve materializada su hipótesis en la realidad, en la protagonista Lucy. La hipótesis consiste en la posibilidad de que el ser humano puede llegar a utilizar el potencial 100% de sus facultades cerebrales. Es un hecho probado que el ser humano actualmente sólo utiliza una parte reducida de las áreas cerebrales.

Partiendo de que esa tal droga sólo es “una forma de hablar” a un público moderno que no sabe qué es el mercurio ni el azufre de los alquimistas y de que las drogas no son el modo hermético de obtener el 100% de rendimiento cerebral, la protagonista, Lucy, va obteniendo los poderes perceptivos y facultades espacio-temporales conforme aumenta su proceso, que no es evolutivo, sino de “revolución de la conciencia”, como advertía el profesor Norman. La mujer va adquiriendo capacidad de concentración, de agilidad, de movimiento eficaz; puede saber el estado clínico de las personas (del cerebro de un paciente y del riñón y del estado general de una amiga), puede percibir la savia vital de un árbol en la calle; y eso se llama CLARIVIDENCIA.

A la vez hay transformaciones psíquicas normales cuando uno eleva su nivel de conciencia, pues la mujer se desinteresa de todas las preocupaciones y de los miedos del resto de las personas. Las nociones que le vienen se multiplican: así, siente su propia corriente sanguínea, la sensación de su latencia antes de salir del vientre de su madre y de su salida en el parto, la unidad de todos los seres vivos y de toda la creación. El espectador –por la imagen cinematográfica- puede llegar a ver los torrentes sanguíneos, las energías nerviosas, el dinamismo interno de Lucy. Además, ésta desarrolla una sensibilidad sentimental hacia las percepciones, con lo cual su incipiente carácter sobrehumano no le hace perder los sentimientos. Esto se llama INSPIRACIÓN.

Luc Besson directamente ilustra con los coloquios y las imágenes cómo Lucy desarrolla la capacidad de ver a distancia los objetos y la oficina del policía, las identidades y las ciudades de los ‘mulas’ de la droga con los que ella ha compartido similar y triste destino, así como la capacidad de comprender y hablar lenguas desconocidas para ella, de asimilar enormes cantidades de información científica del profesor Norman y de evocar los recuerdos íntimos de una persona a la que no conoce.

Además, Lucy puede sentir y actuar sobre las fuerzas electromagnéticas (radio, televisión, teléfono, ordenador). La capacidad de actuar ya le confiere un grado de voluntad sobre la naturaleza que no es lo habitual entre los humanos. La protagonista puede ponerse en contacto con las ondas de las llamadas telefónicas de los mafiosos coreanos y descifrar sus mensajes, pero también por ese poder se pone en habla con el profesor Norman para decirle que ella la comprende porque es un ejemplo vivo de eso mismo y necesita verle para darle la información de su caso particular.

Lo bueno de todo esto es que el proceso no se queda en diálogos abstractos, verbales, sino que se ve en imágenes, en hechos, en acción, en imágenes de los flujos sanguíneos, energéticos. Aunque sí hay una aclaración verbal importante: Lucy dice que hay obstáculos, resistencias del organismo, y en esto coincide también con los alquimistas, porque los procesos transformativos requieren maduración y paciencia.

Asombroso es cuando Lucy puede dejar dormidos a todos los agentes de un cuerpo de policía y dejarse acompañar por uno para que sea su guía, o su amor, según queda insinuado. A pesar de su  voluntad y de su carácter sobrehumanos, no deja de ser una mujer con sentimientos hacia el hombre y hacia el género humano, pues quiere recuperar todos los paquetes de la droga para utilizarlos en beneficio de la recuperación psicosomática de los enfermos. En este sentido tiene algo que recuerda la figura mítica de Prometeo. Resulta alucinante que también deje desarmados y suspendidos en el aire o inmovilizados a los pistoleros de la mafia coreana, enfrentándose a ellos desde las fuerzas superiores del hiperespacio que los dejan ingraves. Esto se llama CONCIENCIA SUPERLATIVA DEL SER, y el ser es quien realiza esos prodigios.

Hacia el final del proceso asume el poder del recuerdo del origen de la tierra y del hombre (retrocediendo en siglos, milenios, eras geológicas en un solo lugar de la Tierra) y la conciencia del universo, sus galaxias y sus poderes creadores cuánticos, cósmicos. Esto se llama INTUICIÓN.




Pero el punto final de Lucy es llegar a lo que llegó Fulcanelli cuando éste terminó la Gran Obra alquímica, motivo por el cual los agentes norteamericanos no llegaron a encontrar a Fulcanelli.

Fulcanelli, notable físico nuclear y gran alquimista francés, fue autor de dos valiosísimas obras de alquimia: “El misterio de las catedrales” (1926) y “Las moradas filosofales” (1930), que contiene los secretos de la Gran Obra.

Eugene Canseliet, el hombre más próximo a Fulcanelli, afirma que conoció a su maestro en España en 1954, que la llamada para ir a España la recibió de alguna manera paranormal y que se fue a Sevilla, donde alguien se reuniría con él. Canseliet fue llevado a un palacio en la montaña que le daba la sensación de ser un refugio secreto de distinguidos alquimistas e incluso Adeptos. Le mostraron un laboratorio donde poder trabajar y experimentar.

Eugene Canseliet, su discípulo, dejó escrito que Basilio Valentín, monje benedictino alemán, fue el iniciador de Fulcanelli y quien dejó una carta reveladora donde anuncia a Fulcanelli: “habéis verdaderamente recibido el Don de Dios”, “lo habéis merecido justamente”, “elevado y oculto conocimiento que os pertenece por derecho y que es totalmente personal”, “sois bueno, y es propiamente por esta gran virtud que Dios ha puesto sobre vuestra frente la diadema de la verdadera realeza. Él sabe que haréis un noble uso del cetro”, “ya disponéis de la vara mágica que cumple todos los milagros”. Entre 1922 y 1925 el maestro Fulcanelli recibió el ‘Donum Dei’ (Don de Dios).

Desde que publicó “Las moradas filosofales” (1930), Fulcanelli se perdió en el misterio. Nadie ha entendido este libro, porque para entenderlo es necesario haber realizado lo que dice.

En 1937, Jacques Bergier se entrevistó con Fulcanelli. Jacques Bergier era asistente del físico nuclear André Helbronner y buscaba la energía nuclear, la radioactividad. Fulcanelli le avisó severamente: “los trabajos a que se dedican ustedes y sus semejantes son terriblemente peligrosos. Y no son sólo ustedes los que están en peligro, sino la Humanidad entera”; “los alquimistas lo saben desde hace mucho tiempo”; después Fulcanelli leyó un párrafo de la obra “L’interprétation du radium” de Frederic Soddy: “pienso que existieron en el pasado civilizaciones que conocieron la energía del átomo y que fueron totalmente destruidas por el mal uso de esa energía”.

Fulcanelli prosiguió: “los alquimistas mezclaban preocupaciones morales y religiosas con sus experimentos, mientras que la Física moderna nació en el siglo XVIII de la diversión de algunos señores y de algunos ricos libertinos”. Después, a una pregunta de Bergier, respondió: “me pide usted que resuma en cuatro minutos cuatro mil años de filosofía y los esfuerzos de toda mi vida. Me pide, además, que le traduzca en lenguaje claro conceptos que no admiten el lenguaje claro. (…) El secreto de la alquimia es éste: existe un medio de manipular la materia y la energía de manera que se produzca lo que los científicos contemporáneos llamarían ‘un campo de fuerza’. Este ‘campo de fuerza’ actúa sobre el observador y le coloca en una situación privilegiada frente al Universo. Desde este punto privilegiado tiene acceso a realidades que el espacio y el tiempo, la materia y la energía suelen ocultarnos. Es lo que llamamos la Gran Obra.” “Lo esencial es la transmutación del propio experimentador.”

Después de la segunda Guerra Mundial, Fulcanelli sobrevivió y desapareció completamente después de la Liberación. Todas las gestiones para encontrarlo fracasaron. Cierto servicio secreto, la comisión Alsos, patrocinada por la CIA americana, después de 1945, tenía órdenes muy estrictas de encontrar a todos quienes hubiesen tenido alguna relación con la ciencia atómica en Europa. Estuvieron buscando a Fulcanelli, porque él fue un experto físico nuclear, para arrancarle alguna información, pero, afortunadamente, él supo evadirse y ahora está en ciertos lugares secretos que son, a su vez, templos y monasterios.

Bergier fue llamado a declarar. En el interrogatorio, pudo examinar el primer documento conocido sobre la utilización militar del átomo. Bergier comprobó que la descripción científica del documento, incluso la posibilidad de contaminación atmosférica por radiactividad, coincidía con lo que le había predicho Fulcanelli en 1937. Fulcanelli era una prueba fehaciente de que la ciencia alquímica llevaba muchas décadas de ventaja a la ciencia oficial. Fulcanelli desapareció, Lucy también desaparece para estar "en todas partes".

Volvemos a la invitación propuesta por Luc Besson al final de su película a cada espectador: ¿vas a desarrollar el 100% de tu capacidad cerebral? ¿o vas a seguir como uno más entre millones de humanos, como se decía al principio de la película?

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BREOGHAN

Durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, durante milenios, existió un camino comercial y migratorio desde el Cáucaso –pasando por el mar Negro, Anatolia, Grecia, Fenicia, Chipre, Creta, Sicilia, España- hasta Gran Bretaña y Escandinavia.

Un estudio dirigido por el catedrático de Oxford Bryan Sykes revela que el pueblo indígena británico e irlandés desciende de una tribu de España que cruzó el golfo de Vizcaya. El análisis del ADN muestra que tienen una huella digital de genética casi idéntica a la de los habitantes de las regiones costeras españolas, cuyos antepasados migraron hacia el norte hacia el año 5.000 a. C.

Magog, hijo de Japhet, hijo de Noé, vivió en la Escitia griega.
Baath, el primogénito de Magog, tuvo un hijo llamado Fenius Farsiath. Éste fue uno de los tres jefes principales que construyeron la torre de Nimrod. Fenius, rey de Escitia, dejó el reino a su hijo Nél.

Nél, el hijo de Fenius, había nacido en la torre de Nimrod y recibido instrucción en las diversas lenguas que se habían visto separadas en la torre. Gracias a sus conocimientos lingüísticos, Nél pudo abandonar Escitia. Nél es de origen greco-escita, de Anatolia o de su entorno.

El faraón Cingris (quizá Ramsés II) de Egipto se enteró de los conocimientos portentosos de Nél y lo invitó a su presencia. Nél aceptó, fue allí, fue contemporáneo de Moisés en Egipto y después de cierto tiempo el faraón le entregó herencia, tierras y a su hija Escota como esposa. Escota dio a Nél un hijo llamado Gaedhel Glas, de donde vendrá el término “gaélico”; de Escota viene el término “escoto”. A Gaedhel Glas se le considera la cabeza primitiva de la tribu de los Gaedhil. A este ancestro el mismo Moisés libra milagrosamente del ataque de una serpiente que se había enroscado en su cuerpo y le había dejado unas marcas verdes (“glas”) en los lugares donde le había atenazado el animal. Nél ayudó a Moisés en Egipto.

Después de la muerte del faraón Cingris, ahogado con su ejército en el mar Rojo, el clan de Gaedhel Glas, hijo de Nél, abandonó Egipto y durante más de 300 años recorrió el mar Mediterráneo, hasta que por fin, siendo Brath su jefe, llegó a España y formó un reino duradero, Brigantia. Aumentó en gran número su población y se hicieron poderosos. A Brath, caudillo de los escotos en España, le sucedió en el reino su hijo Breoghan.


Breogán, Breoghan o Bregant, hijo de Bratha, fue rey de Brigantia. Fundó el asentamiento de Brigantia y construyó la torre de Breogán, próxima al mar.

El reino de Brigantia puede guardar relación con la extensión de los topónimos con “briga” existentes en el sudoeste de España y Portugal y en el noroeste y en la cornisa cantábrica, topónimos que indican primitivos asentamientos fortificados de un clan céltico, el clan de los escotos de Breogán. El mayor número de topónimos con “briga” de toda Europa se encuentra en el occidente atlántico de la península Ibérica y se extiende hasta más allá del centro de España. Dichos topónimos se hallan en España, en Portugal, en Irlanda (la llanura de Breogán, lugares con el nombre de descendientes de Breogán). Breoghan tuvo diez hijos: Bregh, Cuala, Cuaionge, Blas, Fuad, Muirthemne, Eble, Nar, Ith y Bíle. Bíle, rey de los escitas de España, tendrá un hijo, Golamh.

Gollamh deseó conocer a sus antepasados. Pidió permiso, compañeros y barcos para el viaje, y le fueron concedidos. Viajó con cuatro barcos.

Reinaba en Escitia en ese momento Reffloir, hijo de Nem, descendiente de Noenbal. Gollamh fue bien recibido. El rey le dio en matrimonio a su hija Seng. Gollamh tuvo dos hijos, Donn (Eber Donn) y Erech. Reffloir, el rey, envidioso de su fama y su poder, llegó a temer tanto a Gollamh, que lo desafió. En singular combate, cayó mortalmente Reffloir. Gollamh se fue de Escitia, dejó a la mujer, pero se marchó con sus dos hijos y sus seguidores.

El historiador Heródoto dice que, según los guardias macedonios, los frigios de Anatolia se llamaban “briges” antes de su paso desde el sureste de Europa por el estrecho de Briges, y que hasta que no estuvieron en Asia Menor no adoptaron su nuevo nombre. La lengua frigia se emparenta con el tracio, el armenio y el griego. Los frigios crearon un reino potente, con el rey Midas, hacia el siglo VIII a. C. que sucumbió con los ataques cimerios.

Gollamh, después de abandonar Escitia, vivió con un grupo de seguidores en Egipto, donde se casó con Escota, hija del faraón Nectonebo. Tuvo dos hijos: Emer Fionn y Amergin. Herodoto habla de la existencia de escitas “amyrgians” que usaban gorro puntiagudo y eran consumados arqueros. Y luego visitó lugares de Tracia, Dacia, Gotia y navegó por el mar Mediterráneo a España para asentarse al fin con su gente en Brigantia.

Golamh llegó desde Egipto hasta el sur de Portugal 150 años después de la desaparición del reino de Tartessos y de su último rey Gárgoris, apodado Meliola por su habilidad en fabricar miel. España estaba dividida en provincias con diversos príncipes. Por esa razón fue más fácil y rápido para Golamh derrotar en menos de un año a los españoles en diversos combates.

La estancia de Golamh en el sudoeste de la península Ibérica, donde su pueblo creció, y su posterior migración a Galicia indican la relación entre Tartessos y el noroeste de la península Ibérica por las rutas terrestre y marítima de comercio de metales (cobre, zinc, estaño, plata y oro).

Al llegar a Galicia, los hombres de Gollamh encontraron la ciudad de Brigantia vacía ante ellos, pues, a poco de marcharse Gollamh, su abuelo Breogán murió y el odio de los pueblos enemigos sometidos persiguió a los gaeidhil, los dispersó y obligó a refugiarse en los países vecinos.

Gollamh se asentó con sus hombres en Brigantia e invitó a todas las gentes de gaeidhil de todos los lugares por donde se habían dispersado a retornar, y muchos acudieron. El clan aumentó. Después de muchas batallas, Gollamh fue llamado Mil de Spann por sus grandes victorias sobre suelo ibero. Él puebla y gobierna el reino de Brigantia desde Crunna (la Coruña). Mil recibe su nombre como alabanza de sus gestas guerreras. En España, en la torre de Breogán, nacerían sus hijos Eremon y Erannan.




Miled o Mil de España, el guerrero de Brigantia, y sus cuatro hijos, Ir, Heber, Eremon y Donn, conquistadores de Irlanda, son descendientes de Breogán y de sus antepasados escitas (Bratha).

En el siglo II a. C., Décimo Junio Bruto fue enviado a luchar contra los pueblos del noroeste peninsular. En las guerras de Lusitania, sus legiones lucharon contra los temibles “galaeci” que habitaban el curso alto del río Duero y Galicia, región llamada por los romanos Gallaecia. Los romanos, pese a su poder militar, no lograron doblegarlos.

Durante la estancia de Mil en Egipto, éste tuvo dos hijos con Escota: Emer Fionn y Amergín; este último, poeta, será famoso por su “Canto al Mar” en la conquista de Irlanda. Este Canto se convierte en el primer poema conocido en suelo español.

Amergín participa en la expedición de los guerreros de Brigantia a Irlanda para vengar la muerte de su tío Ith, hijo de Breoghan, asesinado por los habitantes de Irlanda, los Tuatha De Danann.

Venganza de la muerte de Ith.

Los hijos de Mil, en cinco barcos, navegaron a Irlanda. Sus líderes era cuarenta jefes, con Donn, hijo de Mil, a la cabeza. Conquistaron la noble Irlanda a los Tuatha Dé Danann.

Los Tuatha Dé Danann mucho tiempo antes habían vivido en Grecia, donde se aliaron con los atenienses en sus guerras contra los atlantes filisteos (uno de los “Pueblos del Mar”). Como los Tuatha eran grandes conocedores de la Magia durante su estancia en Grecia, en su guerra de apoyo a los atenienses, cuando un guerrero ateniense moría en batalla, por la noche lo sometían a su magia y lograban hacerle volver al combate al día siguiente ante la sorpresa de sus enemigos.

“Pueblos del Mar” fueron los primitivos aqueos (akawasha) de Mileto, los tirsenos (tursha) de Tartessos (y de Etruria), los sículos (sheklesh) de Sicilia, del mar Cantábrico y de Inglaterra, los cecos de Dor (Canaán), los filisteos (peleset) de Palestina, los danauna de Anatolia, los sardos (shirdana), los licios (lukka).

Los “Pueblos del Mar” desde la península de los Balcanes, Anatolia y el mar Egeo incordiaron a los faraones egipcios Merenphtah (hacia 1219 a. C.) y Ramsés III (hacia 1178 a. C.), destruyeron la civilización hitita y se dispersaron por todo el Mediterráneo hasta Iberia alrededor del siglo XII, época de la destrucción de Troya. Uno de los clanes de los “Pueblos del Mar” fue Danana o Danauna, que coinciden en nombre y cronología con los Tuatha Dé Danann, ‘los hijos de la diosa Dana’, que conquistó Irlanda mucho antes de la llegada de los milesios españoles. De hecho, vinieron a través de Escandinavia y se habían reunido en las islas del norte de Escocia en la época en que los griegos se preparaban para atacar Troya después del rapto de Helena (hacia el siglo XII a. C.)

Desde España se produjo la invasión de los Milesios, los hijos de Mil de España, la última raza que conquistó Irlanda, aunque con diversas aventuras mágicas y guerreras. Los Tuatha Dé Danann hicieron tan difícil a los Milesios la vida, que ambos pueblos tuvieron que pactar y distribuirse: por una parte, los Tuatha Dé Danann se hicieron invisibles e inmortales y ocuparon los "sidhe" repartidos por su compañero Mananan Mac Lir y, por otra parte, los Milesios ocuparon tierra firme. Los Tuatha Dé Danann  pasaron a ser los dioses de los Milesios.

Se dirimieron las disputas entre Eremon y Eber por la primacía. Amergín murió cuando su hermano Eremhon reinaba en Irlanda. Eremhon fue así el primer rey de Irlanda del clan de los escotos de Brigantia. Otros reyes famosos de la línea de los milesios fueron Tighernmas (el séptimo), Ollamh Fodla (el vigésimo primero), Nial de los Nueve Rehenes (siglo IV d. C.), Con de las Cien Batallas y otros más.

Históricamente, los brigantes del Cantábrico derrotados y expulsados de España por las legiones romanas de Octavio irían desde España a Irlanda y desde Irlanda hasta Gran Bretaña, al primitivo reino de Northumbria (Yorkshire, Lancashire, Dirham, Westmorland, Cumberland), y hacia el Ulster. Conchubar fue rey milesio del Ulster, y Cuchulainn perteneció a su corte (época del poeta latino Virgilio). Caratacos llegó a ser caudillo de los silures y rey de Brigantia en Inglaterra (época de Calígula).

Dentro de la órbita del pensamiento anglosajón, algunos especialistas han considerado fantásticas algunas noticias dadas por los “Anales de Inishfallen”, aparte de los datos históricos considerados ciertos. Pero la alcurnia de muchas familias nobles de Irlanda, Escocia e Inglaterra se remonta a los citados Ir, Eber, Eremon y Donn, los hijos de Mil de Spann.

Bibliografía
G. Keating, Foras Feasa ar Éirinn (Historia de Irlanda)
Leabhar na gabhala o Libro de las invasiones
E. O’Curry, Manners and Customs of the Ancient Irish
Ramón Sainero, El origen de los celtas del reino de Brigantia
Mar García, artículo en web.

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