viernes, 3 de noviembre de 2017

El Latido del Guerrero, de Darío Méndez Salcedo




Resulta sorprendente ver en la primera obra publicada de este joven autor una voz y una forma de pensar y de escribir que no se suma de modo gregario a lo que se lleva en la narrativa, o sea, a esos códigos no escritos que las editoriales, los medios y las políticas de manipulación cultural utilizan como filtro para impedir el acceso a los autores más creativos que no se ciñen a esos códigos no escritos, pero pérfidamente dirigidos, que coartan y adocenan la libertad expresiva.

Esta novela trata de temas vivenciales propios de la existencia de cualquier persona del mundo actual. Aunque los sitúa en un mundo imaginario y con personajes que parecen de una época mítica, se trata de dilemas vitales que urgen actualmente a los seres humanos.

La novela traza el itinerario vital de dos jóvenes: uno, Tareent, en el mundo rural, que se ve obligado a ir a la ciudad; otro, Orel, criado en palacio, que tiene que gobernar al ser elegido rey. Los dos tratan de dar sentido a sus vidas y tienen que mantenerse fieles a sus principios, a sus ideales, aunque sea doloroso. “Cada ser humano define su más profunda esencia (…) por cómo encara su sufrimiento”, dice uno de los personajes.

Ciertamente es asombrosa la minuciosidad analítica del joven autor respecto de los ciclos vitales y psíquicos de los dos protagonistas de la novela. Es una obra de introspección, sobre todo la historia de Tareent, que se basa en la notas de su diario. Esto da pie a otra perspectiva respecto de la distancia del narrador hacia lo narrado y la pasión por la historia personal, lo objetivo y lo subjetivo, lo leído y lo vivido.

Existen hechos épicos, externos, y peripecias, que hacen que el relato tenga lo que se llama convencionalmente acción, pero no debemos olvidar nunca que hay acciones interiores. Y esta novela es de mucha acción interior; por eso se llama “El latido del guerrero”, porque este se define tanto o más por la acción interior que por los hechos externos. Acciones interiores son motivaciones, dudas, ensoñaciones, sentimientos, pensamientos, reacciones, arrepentimientos, odios, ansia de inmortalidad, o de poder, etc.

La profundidad del escritor Darío Méndez Salcedo por un lado respalda esa caracterización interna de los personajes, por otro dota a su novela de una altura de conceptos de gran alcance filosófico, jurídico, político-social, ecológico, que se refleja en los atisbos escritos acerca de la religión y la magia de las tierras míticas de Adamús y de Jabather en que se desarrolla la acción novelesca y que han sido dibujadas por María Calderón.

Destacamos por tanto algunas frases que merecen atención:

Cuando dice cierto fugitivo que la acción vale no porque cambia el mundo sino porque cambia a las personas, se recalca lo que dijimos antes: hay acciones importantes que son internas, psíquicas, morales.

El hombre debe traer con sus actos la Justicia al mundo; se hace responsable de su parte en el mundo. Encarna la Justicia en su vida.

La Justicia siempre encuentra aliados. La Justicia con mayúsculas es incondicionada y la justicia en pequeño de la gente mezquina tiene carácter instrumental para otros fines y no es más que la justificación del ansia de placer y de satisfacer deseos.

Dice Orel, ya como rey Òrabla, “no me refiero a una paz legal que todos aceptan, sino a una paz efectiva que nadie defiende”, que trasciende lo escrito y lo intelectual para instalarse en el corazón y en la vida de los ciudadanos.

El héroe encuentra la inmortalidad en la Justicia verdadera; es posible que el hombre se abra a las enseñanzas y a la inspiración del arte, de la filosofía y de la religión.

Todos somos chispas del Lagás, hijos de la llama, hijos de los dioses. Es posible que el ser humano adopte como propio lo más excelso de la humanidad.

“Sólo quien escapa de su humanidad existirá para siempre”. Es posible que el hombre sea capaz de desligarse de sus más tenebrosos impulsos y sentirse libre de su determinismo animal.

“La auténtica fe no niega nuestra maldad ni la esconde en el paraíso sino que la reta, la enfrenta y se bate (…) contra ella”.

Resulta muy acertado, por misterioso y sobrecogedor, el apartado “Dominios espirituales de la Magia y de los Sueños” del capítulo 7 del libro.

En otros capítulos se ve la pulsión rebelde de Tareent hacia la explicación antimágica y sólo racional de la curación y del uso de las plantas. Si el hombre tiene una dimensión trascendente, la medicina también debe en consecuencia tratar la parte trascendente del hombre, de las plantas y de los elementos naturales en general. Por aquí entramos en el aspecto del verdadero ecologismo, que no debería ser puramente materialista, y que debería consistir en amoldarse a las leyes naturales y no ir contra ellas.

“¿Quieres aprender de la vida? Quédate hasta llamar a cada árbol por su aroma”, es una de las sentencias líricas que menudean en este libro.


Darío Méndez Salcedo ha publicado, después, las novelas El pintor del infinito (2018), Norteña. Una novela de heavy metal (ediciones Ende, 2018) y En el valle del ocaso (Platero Editorial, 2019).

BOOKTRAILER
El Latido del Guerrero, de Darío Méndez Salcedo; editorial adaliz, Sevilla, 2017

El latido del guerrero

https://youtu.be/Sn6C4S4d8nc

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domingo, 8 de octubre de 2017

ARQUEOLOGÍA EN MÁLAGA

La cultura y la arqueología son necesarias para mostrar la historia y la idiosincrasia de la ciudad y su gente. Los malagueños necesitan concienciarse de la importancia de un Museo Arqueológico. Ciertamente, no es para turistas, sino para los hijos de los propios malagueños, para que conozcan de dónde vienen y lo que son.

Para los que creemos que el Museo son las piezas y no el edificio que las alberga, resultó doloroso ver unas 15.000 piezas arqueológicas desalojadas de la Alcazaba porque necesitaba más espacio para los visitantes. Las piezas se instalaron en el convento de la Trinidad, de donde pasaron en 1999 a la Biblioteca provincial. Desde 1999 en el Museo Arqueológico de Málaga se quedaron encerradas las piezas en cajas sin que nadie pudiera contemplarlas o estudiarlas. Eran piezas que hablaban de toda la historia de la zona, desde útiles de la cueva de la Pileta a yacimientos fenicios o romanos. Pasaron 17 años sin que nadie pudiera apreciar los tesoros encerrados.

El Museo de Málaga, en la plaza de la Aduana, al principio reunía la pintura malagueña del siglo XIX y acogía una sección arqueológica con siete bloques temáticos y la colección Loringiana.

El Museo Loringiano poseía bronces romanos con los códigos municipales de Salpensa, Bonanza y Osuna, así como esculturas, relieves, útiles y mosaicos desde el paleolítico al siglo XVIII.



El nombre se lo dio el arqueólogo Manuel Rodríguez de Berlanga al lugar, dentro de la finca La Concepción de Málaga, que albergaba la colección arqueológica reunida en la segunda mitad del siglo XIX por los marqueses de Casa-Loring. Esta Colección Loringiana (1859) fue el embrión del Museo Arqueológico provincial de Málaga, hoy Museo de Málaga donde se encuentra la mayoría de la colección. En El Ejido malagueño se ubicaron los cobres de la Lex Flavia Malacitana y Lex Flavia Salpensiana, la colección cordobesa del anticuario Pedro Leonardo de Villacevallos, y adquisiciones procedentes de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Granada. La Colección Loringiana se dividió entre el Museo de Málaga y la Alcazaba. La dispersión de los descendientes de los marqueses favoreció que el mosaico de los Trabajos de Hércules de Cártama o la Urania de Churriana fueran al cementerio de la Galea en Algorta (Vizcaya).

El Museo de Málaga -según el proyecto de la Junta de Andalucía- acogía dos museos, pero el Ayuntamiento de Málaga propuso separar y ubicar el Arqueológico en el convento de la Trinidad y dejar el de Bellas Artes en el Palacio de la Aduana.

La promesa política de inaugurar ambos museos (Arqueológico y Bellas Artes) antes de enero de 2015 no se cumplió. Los responsables políticos dijeron que quisieron decir 2016. Por fin se abrió el 12 de diciembre de 2016, después de diez años de proyectos de rehabilitación, restauración de colecciones y adecuación museográfica. Renacía con la misión de constituirse como referente territorial y patrimonial en todo el país.

El Museo de Málaga unió los dos museos provinciales, el de Bellas Artes y el Arqueológico. Se emplazaba en el Palacio de la Aduana, de estilo herreriano y neoclásico (1788). Tiene piezas de diferentes excavaciones y lotes de actuaciones arqueológicas preventivas y de urgencias.



El Museo Arqueológico tiene objetos de yacimientos provinciales (cuevas de la Pileta y la Victoria), necrópolis megalíticas (ej., la de Alcaide), objetos fenicios, objetos romanos de Cártama, y medievales de la Alcazaba malagueña y de Bobastro.

En el Castillo de Gibralfaro (siglo XVI) hay un “centro de interpretación”.

En el interior de la Alcazaba hay un museo arqueológico y un museo de cerámica. En los “salones nazaríes” hay un museo didáctico de cerámica y vitrinas con piezas arqueológicas del monumento y otras excavaciones de la ciudad.

En el Teatro romano hay otro “centro de interpretación”, posee fragmentos de la Lex Flavia Malacitana, piezas antiguas, museografía didáctica.




La Alcazaba de Málaga se sitúa a pocos metros del puerto, en las faldas del monte Gibralfaro, en cuya cima se halla el Castillo de Gibralfaro. Las dos fortificaciones se encuentran unidas por un pasillo resguardado por dos murallas que van serpeando por la montaña. Para entrar a La Alcazaba se accede por el lado derecho del Teatro Romano.

En el Museo Thyssen hay restos de piletas de factoría de “garum” y otras salas romanas.

El Museo Alborania, Aula del Mar, de 1989, situado en el Palmeral de las Sorpresas, tiene restos arqueológicos de ánforas.

En 2014 se abrieron, incluso con vistas a hacer de Málaga “capital europea de la Cultura”, los siete yacimientos arqueológicos de la Araña (Parque prehistórico de Málaga), que tienen restos del neanderthal, del neolítico y de la edad de Cobre, tanto en piezas originales como en reproducciones.

Como donación de Felipe Orlando al Ayuntamiento se constituyó el Museo Precolombino Felipe Orlando en 1970 en Benalmádena y reúne piezas de México, Perú, Colombia, Nicaragua, Ecuador y de los yacimientos del término municipal de Benalmádena.

De 1972 es el Museo de la ciudad de Antequera, situado en el Palacio de Nájera, que tiene tres apartados: Bellas Artes, arqueológico y etnológico de la ciudad. Desde la prehistoria al siglo presente, tiene piezas como el Efebo de Antequera, el bronce “Antiocheia”, y piezas arqueológicas del Arco de los Gigantes, de Singilia Barba, Nescania, Iluro.

El Museo Histórico Municipal de Teba, inaugurado en el 2000, tenía como base la antigua Sala Arqueológica de Teba (creada en 1974/5 y abierta en 1981 y mantenida por iniciativa popular). El museo actual se halla en el Ayuntamiento: tiene piezas de la cueva de las Palomas, de los yacimientos “Los Castillejos” (ibéricos), “Cortijo del Tajo” (romanos), “Nina Alta”, “Llano Espá”, “La Lentejuela”, “Cerro de la Horca”.

El Museo Municipal de Ronda, de 1990, se ubica en el Palacio de Mondragón. Contiene una colección histórica y arqueológica, con piezas del término municipal de Ronda y donaciones privadas. La parte de arqueología instalada muestra: el hábitat de las comunidades cazadoras y recolectoras en las Cuevas de la Pileta y del Gato; las comunidades campesinas representadas en el dolmen y la cabaña circular, como los del yacimiento de Acinipo; las sociedades jerarquizadas representadas en un taller metalúrgico de la edad de Bronce; el mundo romano de los enclaves de Arunda y Acinipo; el mundo funerario arabo-musulmán. Otra parte del museo es etnográfica. En dos salas se habla de las características y del valor de tres parques naturales de la Serranía de Ronda.

El Museo Lara (Ronda), en la Casa-palacio de los condes de la conquista de las islas Batanes, se reparte en siete salas temáticas: armas, relojes, coleccionismo, romántica, científica, artes populares y arqueología. Es de carácter privado.

El Museo Municipal de Estepona (año 2000), en la plaza de toros, tiene cinco divisiones: arqueología, paleontología, etnografía, tauromaquia, imagen y sonido. En el aspecto arqueológico, tiene piezas del paleolítico, neolítico y edad de Cobre y de Bronce, materiales fenicios (p. ej. terracota del dios Bes) del yacimiento “El Torreón”, villa romana de “Las Torres” (Salduba).

El Museo Morisco de Sayalonga (Axarquía) comenzó en el 2006 y, entre sus salas, está la sala de arqueología, con restos hallados en el municipio, datados desde la edad de Bronce al presente.

El Museo Arqueológico de Frigiliana (2009) enseña unas 125 piezas de yacimientos cercanos (cueva de los Murciélagos, río Higuerón, cerrillo de las Sombras, castillo de Lizar, peñón del Fuerte, etc.)

El Museo de la Miel (Colmenar), desde el 2010, muestra el proceso de elaboración de la miel desde la Antigüedad hasta hoy.

El Museo de Nerja, de 2011, está en el centro de Nerja, ya no en la Cueva, y recoge la historia de la localidad desde el paleolítico hasta hoy.

El Museo del pueblo de Casares se define como etnohistórico y tiene restos arqueológicos del término municipal que abarcan desde el periodo neolítico.

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lunes, 15 de mayo de 2017

EL LIBRO DE LOS REYES DE FIRDUSI



Shahnameh o El libro de los reyes es una de las obras maestras de la literatura universal. Constituye la epopeya nacional de Irán, es lo mismo que decir Persia. La obra abarca la historia y las leyendas del pueblo persa desde la creación hasta su conquista por los árabes. Se distingue una edad mítica, una edad heroica y una edad histórica. Casi dos tercios del Libro de los reyes están dedicados a la edad de los héroes, la cual abarca desde el reinado de Manucher hasta la conquista de Alejandro Magno.

Aunque más tarde se impuso el Islam, la civilización persa no desapareció, y los mismos emires, fundamentalmente los samánidas, se ocuparon de conservarla.




En este ambiente, entre finales del siglo X y comienzos del siglo XI, inició Hakim Abdul-Qasim Firdusi la escritura de su epopeya. Este escritor nació en Tus, en el Jorasán. Era un terrateniente noble de pura raigambre iraní que deseaba mantener sus tradiciones y su cultura ante los nuevos valores introducidos por los árabes. Esta será una de las motivaciones para escribir el libro, al que dedicó gran parte de su vida. Caracteriza al Libro de los reyes de Firdusi su estilo y el empleo de un persa casi puro, con muy pocos préstamos del árabe. Era una tendencia del momento que afectaba a otras obras.

Aunque había libros anteriores que trataron de hacer lo mismo, como el Libro de los reyes de Abu Mansur, la obra de Firdusi se distingue porque en sus leyendas hay más presencia de elementos del Avesta, así como elementos babilonios, griegos y judíos (en el personaje Djamshid, muy parecido a Salomón), mientras que la parte historica, referida a la época sasánida, contiene componentes de procedencia esotérica.

Dadas las dimensiones de El libro de los reyes, la edición del mismo realizada por Alianza Editorial en 2011 recoge sólo un extenso fragmento del libro, el que gira en torno a su héroe más emblemático: Rostam. La traducción corre a cargo de Clara Janés Nadal y Ahmad Mamad Taherí. Esta edición se presenta en prosa y no en versos, como fue el original, para facilitar la lectura al lector hispanohablante, y se divide en tres partes, referidas a tres grandes héroes: Zal, Rostam y Sohrab. Vemos personajes femeninos decididos y dinámicos como Tahmineh, la bella hija del rey de Samangán:

"Al oír esos relatos sobre ti -le dice a Sohrab- me he mordido los labios de deseo. Quería tu fuerte cuerpo, tus hombros y tu pecho. Y Dios me ha encaminado a esta ciudad. Ahora soy toda tuya, si me deseas."




Rostam es hijo de una princesa india y de Zal, el hombre educado fuera de la civilización por el fabuloso pájaro Simurg. Rostam tiene el rasgo de estar entre el mundo real y el sobrenatural. Está conectado con el animal a través de su vestidura de tigre, que resulta un talismán. Utiliza la lanza y el mazo. Incluso su caballo, llamado Rajsh, adquiere categoría en la narración épica. Los lugares donde transcurre la acción están fuera de los confines de la Persia actual. Se trata del Gran Jorasán. El conflicto básico del libro es el vivido entre los turcos y los iraníes.

Rostam, el héroe, se enfrenta dialécticamente a Kavús, un rey que no es precisamente ejemplar, sino más bien un rey incompetente. Rostam llega a criticar al rey y a hacerle frente. Rostam se ve en diferentes dilemas, debidos a las contradicciones de los acontecimientos.




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viernes, 24 de marzo de 2017

El aroma de Bitinia, Jaime García-Torres Entrala



En la provincia conquense, a unos 36 kilómetros de la capital de provincia, la localidad de Valeria se caracteriza por tener restos arqueológicos y una interesante fortaleza hispanorromana, que de alguna forma ha permitido que se conserven restos romanos, visigodos y medievales. La cercana localidad de Valera de abajo, más cerca al embalse de Alarcón, también tiene singulares vestigios de la antigüedad. En el Museo Arqueológico de la provincia se expone una original inscripción funeraria romana hallada en el yacimiento de Valeria: un epitafio doble con los nombres de “Publicius Asmenus” y de “Iulia Auctilla”.

El escritor granadino Jaime García-Torres Entrala, premio de novela histórica “Ciudad de Valeria”, vio en 2013 publicada su novela EL AROMA DE BITINIA, dentro de la cual, como parte de la trama, se explica el motivo de la presencia de Publicius Asmenus en la ciudad de Valeria, lejos de su amada Iulia y de su Roma natal.



Cuando uno lee la novela, tiene la sensación de que casi podría usarse como ejemplo didáctico en un colegio para enseñar lo que era la Roma de la República, con sus costumbres, sus fiestas, sus instituciones y sus corrupciones, porque el protagonista, Marco Horacio, se lo va explicando a su hijo, y así aparece lo que es la Roma de entonces: creencias sobre el Más Allá; los Lares; historia tradicional de la ciudad, como la del rapto de las Sabinas; la fiesta de Atis y Cibeles, y demás.

El mismo autor afirma en una entrevista su deseo de romper con el código Hays de autocensura que sirve como patrón en todas las películas de "peplum":

"El Aroma de Bitinia es una reivindicación del romano latino y republicano, que dista bastante del personaje que nos ha ofrecido la cinematografía clásica. Se ha intentado reflejar en la novela, sin censurar nada, a un romano auténtico, mediterráneo y con un marcado carácter hedonista."

Resulta agradable observar la acción novelesca desde una familia patricia romana, cuya casa en la capital y casa en provincias y todo su ambiente se dibuja. Es importante desde el principio señalar en el protagonista el sentimiento de familia patricia y de clase social (después será crucial al final de la narración), y cómo trata de inculcárselo a su hijo.

Destaca en el protagonista, Marco Horacio, el afán de analizar, de indagar como fuerza moral para salir de las dudas que le angustian y como fuerza motriz de la novela. Parece moverse según la frase ciceroniana que aparece como cita inicial del libro: “Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo”. Lo que le inquieta es por qué ha sido asesinada una joven durante las fiestas de las Lupercales.





No deja de darle vueltas al asunto, aunque unos y otros le digan y le insinúen que deje de investigar. El resultado de sus pesquisas irá dando giros nuevos que sorprenderán al lector. Se nota en ello la profesión, en el ámbito de las leyes, de Jaime García-Torres Entrala.

El ambiente político que se perfila detrás de esta acción de investigación, pero también imbricado en la muerte investigada, es la conspiración que Catilina preparaba contra la República y el modo en que el cónsul Cicerón, del que Marco Horacio es amigo, va descubriéndola. También se van recorriendo diferentes escenarios: el mercado de ganado, la basílica de los tratos y los juicios, los tugurios de mala muerte, los baños medicinales, los juegos en el circo, la villa de provincias, los campesinos empobrecidos que emigran a Hispania (entre ellos “Publicius Asmenus”), etc.

A un lector que estuviera en Roma y en Toscana no le resultaría, por ello, difícil situar cada escena de esta novela en su lugar correspondiente: en el Palatino, el Aventino, el Foro, el Circo, etc.


Personajes notables de la novela son Celio, el encantador hijo del protagonista; su esposa, Sevine, cuya personalidad se va tornando más misteriosa; su criado Dionisio, que le instruye en la oratoria, asunto destacado en la novela, y mantiene con él un “tira y afloja” de afectos amistosos y prejuicios sociales; el médico Asclepiades y las discusiones científicas; el inquietante vagabundo y vaticinador Bucco (“con dinero no te libras de tus zozobras”); los comerciantes Aulo, Cayo Ulpiano y Clodio; el liberto Lucio. La mujer llamada Claudia, amante de Marco Horacio, parece conocer el mundo sórdido de quién es quién en Roma y qué hizo, aunque la hipocresía social todo lo oculte.

Lejos del estilo fofo, abstracto, oficinal de muchos licenciados, incluso de éxito, que escriben novelas históricas, el estilo del autor Jaime García-Torres Entrala impacta positivamente por la sobriedad, por el empaque de la expresión, el afán de ser concreto, seguramente por la cultura latina y jurídica de fondo. Hay un par de anacronismos. Pero estos detalles no deben empañar la calidad general, la amena variación de escenarios, la descripción de los procesos y estados de ánimo, el temple reflexivo y narrativo de “El aroma de Bitinia”. Felicidades a Jaime García-Torres por la novela y por el premio. Esperamos sus próximas creaciones literarias.


Entrevista completa en:
jaime-garcia-torres-entrala


EL LECTOR DE SUEÑOS de Jaime Gacía-Torres Entrala

Es interesante remarcar que, dependiendo de los historiadores y los eruditos en que se basan los novelistas, estos aceptan ciertas ideas, costumbres y creencias del periodo novelado, e insisten más en unos puntos de vista que en otros (*).


En la novela "El lector de sueños", Marco Horacio, patricio y senador, emprende un viaje desde Roma hasta Gades (las islas Gadeiras) para encontrar allí el sosiego y la paz que su vida desorientada necesita. Pero, acuciado por la curiosidad y luego por la intriga, también viaja por una alusión de Julio César y por un manuscrito cifrado. Una tradición cuenta que Julio César estuvo en el templo de Melkart de Gades, allí lloró y suplicó al dios del templo que le hiciera ser más grande que Alejandro de Macedonia y que Aníbal de Cartago.

El protagonista deberá comprender las costumbres fenicias de las islas Gadeiras en una búsqueda llena de vacilaciones, riesgos y coraje. Encontrará al lector de sueños del templo de Melkart, que actúa como un mentor que le ayudará al modo de un psicoanalista a comprender sus pesadillas y recobrar la paz y cierta cordura. A este respecto resaltan las inquietantes entradas de prosa poética y onírica de cada parte de la novela (En la orilla, En el laberinto, En la encrucijada, En las olas, etc.), que reflejan las pesadillas, la agitación interior del romano. Por otro lado llama la atención la autoridad moral, la disciplina, del lector de sueños del templo de Melkart.

Al mismo tiempo, Marco Horacio tendrá que dilucidar, con ayuda de su esclavo y de un guardaespaldas, el enigma de la frase de un manuscrito. Esto le conducirá a toparse con los sacerdotes del templo de Baal Hammón de comportamiento sectario y encubridor. Se complica la trama por la amante fenicia del templo de Astarté, que acompaña a Marco Horacio. Se echa de menos que no se comporte como una verdadera iniciada. Pero, por otro lado, se vislumbra el funcionamiento de la secta sacerdotal por las contradicciones de esta fenicia: "argumentaba de forma errática, intentando razonar lo que ni ella misma era capaz de comprender".





Si el poeta Virgilio hubiera conocido los rincones de la vida griega arcaica, no habría visto en la hija de Príamo un estético "collar de perlas" ni "una corona de oro y gemas" ni otros anacronismos semejantes atribuidos a Dido de Cartago y a la romana Lavinia. Sin embargo, nadie duda de la altura poética ni de la calidad literaria de la Eneida. Sin negar la gran calidad literaria de la novela El lector de sueños, notamos pocos anacronismos de lengua y de cultura. Pero eso es poca cosa en una novela intachablemente editada por la editorial granadina Miguel Sánchez, y bien publicada en los órdenes tipográfico, ortográfico y gramatical.

Nos encontramos con una novela de aventuras con dosis de acción, pero también de hondas reflexiones que dotan al viaje de un sentido iniciático, espiritual. Por eso reconforta ver que el Marco Horacio del principio de la novela (y de la novela anterior, donde aparecía, El aroma de Bitinia) no se parece al Marco Horacio del final de la novela. Ha pasado por una transformación de su forma de ser, de sus relaciones familiares y humanas. Por amor ha puesto en riesgo su propia vida y por querer recuperarse ha confiado en el lector de sueños, el sacerdote de Melkart.

https://cadizilustrada.wordpress.com/tag/astarte/

(*). El punto de vista sobre los fenicios de Cartago de la novelista Laura Fernández Montesinos en:

https://todosobrelemuria.blogspot.com.es/2015/10/anibal-baruck-el-rayo-de-cartago.html

Entrevista a Jaime García-Torres Entrala
como-escritor-busco-conmover 


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viernes, 3 de febrero de 2017

LEMURIA. EL PRÍNCIPE MUERTO (LA NOVELA) (2)

NUEVOS COMENTARIOS SOBRE LA NOVELA DE ANAROS/SALCEDO


Versión en inglés: Lemuria. The Dead Prince (portada de Carolina Bensler)

Lemuria-Dead-Prince-Anaros-Salcedo


Book trailer (video promocional) de la novela. Ver en el enlace:



Audiolibro de Lemuria. El príncipe muerto en YOUTUBE



Audiolibro de Lemuria. El príncipe muerto en IVOOX

ivoox. capítulo 3. la arcilla de Dios

ivoox. capítulo 2. la búsqueda


FANTASÍA ESPIRITUAL

Darío M. Salcedo. 26 de enero 2017. 

Hay dos tipos de novela fantástica: la que se queda en el plano fantástico, sin más objetivo que el entretenimiento; y la que retorna al mundo del lector y lo hace vibrar en su realidad. Estamos, por supuesto, ante una novela de este segundo tipo.

Entre la situación y los personajes se alza la omnipresente estela de Dios. Perdidos en un mundo que se desmorona, los protagonistas son vapuleados por las dudas y el misterio de la fe, de la vida y de la muerte. Cuestionan al Creador, ya se rebelan contra él, ya se ponen en sus manos... En esta historia de guerra épica, la espiritualidad eterna de la Humanidad es la verdadera protagonista. La guerra de Lemuria no es la guerra de los hombres contra los hombres, sino la del ser humano contra sí mismo; la guerra de los más altos valores (simbolizados por los Lemures) contra los más bajos impulsos (encarnados por la vileza del Brujo).

Entre medias, los humanos, dotados del libre albedrío, luchan y deciden: deciden su lucha y luchan por sus decisiones.

Al terminar esta novela, el lector, como ser humano, se preguntará: "¿Soy Lemur o soy Brujo?". Pero no hay respuestas. Únicamente actos y libre albedrío para consumarlos.


Lemuria. El príncipe muerto, por Nicolás García Anaros y José Enrique Salcedo


David Delfín.1 de noviembre 2016

Reyes, dioses, ángeles, lemures, brujos... Aunque se trata de una obra de literatura fantástica, el mundo sobre el que habla es el nuestro, situado en un momento arcaico en que la humanidad se ha multiplicado por la tierra conocida y la ha poblado, pero las ansias de guerra y conquista de algunos arrasan el mundo que habitan. La magia negra es poderosa y se alía con los malvados. Una época donde el mundo aún estaba habitado de otras razas, poseedoras de magníficas armas y poderes casi divinos. La novela se retrotrae a una época mítico-legendaria donde la fantasía se mezcla con los comienzos de la humanidad y sus dioses. 

Los lemures luchan contra humanos, luchan por el poder de la tierra, hasta que un ángel actúa para que los seres divinos intervengan en los acontecimientos de Lemuria. En el cielo se dividen, y unos pocos se convierten en la esperanza del pueblo lemur.

Los acontecimientos en la historia se suceden de manera rápida. Los autores no se detienen demasiado en una retórica descriptiva, sino que se concentran en la acción y la descripción de los hechos. Los propios personajes de la obra se transforman. El mal se apodera del mundo conocido y, como suele ocurrir, la posible salvación requiere el esfuerzo de muy pocos. La magia con muchos poderes ocultos, presente durante todo el libro, el poder de las armas y la estrategia son fundamentales para alcanzar el fin último: Salvarnos... ¿De nosotros mismos? ¿Merece el hombre ser salvado? ¿Intervenir por él?

Posee muchos componentes, en la caracterización y acciones de determinados personajes (Lameck, Syria, el ángel caído..., y sus contrarios Cainán o el brujo, entre otros) para el fomento de la educación en valores: la solidaridad, la entrega incondicional a los más desfavorecidos, el valor y el compromiso con las causas justas, etc. Hay dinamismo y no aburre en absoluto. La novela no sólo mantiene un ritmo incesante de acción y tensión, sino que además cuestiona valores como el libre albedrío, el amor, la lealtad... Incluso sobre la intervención divina en el mundo.

La lectura de la obra no dejará indiferente a nadie, especialmente recomendada para los amantes de la literatura épica y fantástica, incluso de género apocalíptico. En el discurrir se encontrarán con personajes misteriosos y más de un giro inesperado. La lectura se vuelve cada vez más expectante.

Este libro está estructurado en un total de 24 capítulos, con amplio paisaje descriptivo de todo lugar en donde se realiza la acción del mismo. La lectura se hace muy amena.

Se siente la mano de un autor joven, sobre todo los primeros capítulos. Está narrada en primera persona, pero esa sensación confusa inicial se pierde en muchos capítulos. La redacción de la novela mejora considerablemente con el paso de los capítulos, casi pareciendo que la obra toma forma delante del autor, alcanzando un ritmo constante, bien descrito, más depurado y realmente emocionante. Hay fluidez narrativa y las transiciones entre capítulo y capítulo están perfectamente planteadas.

Es muy impactante la manera de escribir de los autores, hace que te introduzcas en la misma de manera que no paras de leer, hasta que prácticamente acabas la historia. Es un libro bastante breve que te deja con ganas de más. Preciosa y apasionante historia.

Lemuria. El príncipe muerto (de Nicolás García Anaros y José Enrique Salcedo) es un libro en versión Kindle, editado como libro electrónico en Amazon, se puede pedir en formato de papel, y su portada ha sido ilustrada por Ana López Caro.

De los autores   anaros-salcedo

Del segundo autor  

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